Messi, un gran gol en su estreno en MaracanáMessi, un gran gol en su estreno en Maracaná

Messi, un gran gol en su estreno en Maracaná

Río de Janeiro, 15 jun (EFE).- Messi tomó la responsabilidad hoy en Maracaná frente a Bosnia-Herzegovina y, pese a no firmar un partido redondo, hizo uso de su calidad innata para marcar el segundo gol de Argentina, que de la belleza que desprendió recordó a los mejores tiempos del diez de la Albiceleste y del Barcelona. 

Messi, un gran gol en su estreno en Maracaná
Messi, un gran gol en su estreno en Maracaná. EFE

El capitán corrió como un loco, con el balón a los pies, como solo él sabe. El único objetivo era meter el segundo y dar luz a un partido que estaba siendo muy gris, incluida su propia actuación.

Ayudado por Higuaín, con el que hizo una pared impecable, chutó desde la frontal del área, el balón pegó en el poste izquierdo y quedó imposible para el guardameta Begovic.

El astro no acabó de cumplir con las espectativas que tenían puestas en él los miles de argentinos congregados hoy en Maracaná, convertido en una olla a presión albiceleste, porque su juego pareció seguir la dinámica a la que ha acostumbrado al público del Camp Nou durante los últimos meses.

Aún así, asumió el rol de protagonista, de mejor jugador del equipo, y participó en el primer gol. En el minuto tres Argentina consiguió avanzar en el marcador, probablemente motivada por los nervios de Bosnia, que hoy debutaba en un Mundial de fútbol.

Messi hizo un centro, Marcos Rojo la peinó y el pobre Sead Kolasinac la metió en su propia portería.
Ahí se desató la euforia en el estadio que será escenario de la gran final del Mundial, pero rápidamente volvió la cruda realidad.

Caras de preocupación de Messi, que se pasó toda la primera mitad y parte de la segunda intentándolo sin que le acabaran de salir las cosas.

Se encargó de lanzar los tiros libres, los saques de esquina y de liderar el equipo, aunque esto último le costó más, porque sus compañeros tuvieron una actuación mediocre, Agüero incluido.
Pisó el terreno de juego sabiendo la responsabilidad que tenía. Es el diez, el primero de todos, el capitán de

Argentina, el heredero del Dios Maradona.
Aún así, no ejerció de mejor jugador del mundo y recordó al Messi de la última temporada en el Barcelona, hasta que llegó el minuto 65.

Firmó una jugada de las suyas, de las que hacía hace ya meses, cuando era indiscutible su trono de mejor jugador del mundo.

El estadio enloqueció con su gol. Messi solucionó el partido, uno más y dio el tiro de salida al Mundial para el que está llamado a ser el artífice del tricampeonato de su equipo.