México-Brasil: diez triunfos del Tri, incluido el “Maracanazo” de 1968

Por Luis Alberto García 

Río de Janeiro, 27 May. (Notimex).- Las únicas tres veces que México ha jugado contra Brasil en Copas del Mundo, todas las ha perdido: 4-0, el 24 de junio de 1950, en Río de Janeiro, Brasil; 5-0, el 16 de junio de 1954, en Ginebra, Suiza; y 2-0, el 30 de mayo de 1962, en Viña del Mar, Chile.

Sin embargo -con 11 goles en contra y ninguno a favor en torneos mundialistas- entre 1968 y 2012 los mexicanos han sumado diez triunfos en partidos amistosos y oficiales, tomando la medida a la “canarinha” desde entonces.

En el prontuario no se incluyen las victorias registradas por las selecciones sub 17 en Perú (3-0), en 2005; y en los Emiratos Árabes Unidos (11-10), en 2013; pero sí otros resonantes resultados.

Uno de ellos, tan meritorio como los demás, fue el 2-1 de la final en los Juegos Olímpicos de Londres, Inglaterra, en agosto de 2012, cuando ese doblete de Oribe Peralta sepultó las ilusiones brasileñas y puso con un pie en la calle al técnico Mano Menezes, relevado sin mayor trámite semanas después por Luiz Felipe Scolari.

Esa decena trágica de tropiezos ante los “aztecas” empezó para los sudamericanos a dos años de distancia de la novena Copa del Mundo en México 1970, en la cual Brasil brilló como nunca antes, coronándose monarca por tercera vez con todos los merecimientos, haciendo suya la Copa Jules Rimet, creada por el orfebre parisino Abel Lafleur.

A tres meses de la inauguración de los Juegos Olímpicos de México, ambos países se enfrentaron en dos encuentros amistosos: Brasil derrotó (2-0) a la selección olímpica en el primero y, en el segundo, en el estadio Azteca, ante el equipo mayor, los “amarelos” fueron derrotados el 10 de julio de 1968, con una temeraria estrategia de Ignacio Trelles.

Poseedor del futbol más espectacular y respetado en la mayoría de sus intervenciones mundialistas desde 1930, Brasil recibió el primer gol a los 18 minutos de esa función dominical en la cual, sin discusión, Enrique Borja fue el héroe absoluto.

Con la elasticidad de un contorsionista, el delantero descubierto e inventado por el gran técnico Renato Cesarini en Pumas de la UNAM, convirtió los dos tantos de México: uno de modo inexplicable, pues lo mismo anotaba con la nariz y los pies, que con los glúteos o la frente.

Roberto Rivelino –quien alineó esa tarde junto con Carlos Alberto Torres, “Jairzinho” Ventura y “Tostao”, futuros titulares del tricampeón dos años después- hizo el empate enseguida; pero otro “borjazo”, a pase del “felino” Aarón Padilla, llevó al triunfo histórico.

Enrique Borja acabó con el cuadro al controlar sin problemas el balón en el área chica, disparar el gatillo y batir inmisericordemente al arquero Félix Mielli, a 25 minutos del silbatazo final.

Vale la pena rememorar que el “Cyrano de Bergerac” del balompié nacional anotó el único gol mexicano conseguido a los 49 minutos del 13 de julio de 1966 en el estadio de Wembley, en el empate (1-1) ante Francia en la Copa del Mundo de Inglaterra.

Se recuerda que, en la defectuosa transmisión por televisión, Fernando Marcos, exjugador, exseleccionador, narrador de excelencia, exclamaba: “¡No falles, Borja, no falles!”, y Borja no falló.

Con tiempo suficiente para prepararse ante el compromiso mundialista, dirigido ya por Raúl Cárdenas, el Tricolor inició una gira por Sudamérica que incluyó un partido en el estadio de Maracaná la noche del 31 de octubre de 1968, ofreciendo su mejor encuentro, tocando en corto para retener y controlar mejor el balón.

Cárdenas ordenó atacar con cuatro delanteros y tirar de media distancia, como lo hizo Isidoro “Chololo” Díaz con un riflazo a los 19 minutos del tiempo inicial, empatándose el tanteador con un penal –que nunca existió- convertido por Carlos Alberto Torres al concluir el primer lapso.

Con tintes de hazaña, el triunfo lo rubricó Gonzalo “Chalo” Fragoso con escurrimiento y disparo raso entre dos defensas, concretando así el 1-2 sobre el “scratch” brasileño, víctima de otro “maracanazo” –el primero fue ante Uruguay en 1950- no obstante contar con figuras del tamaño de Gerson Nunes, Roberto Rivelino y “Pelé”.

Cárdenas alineó a Antonio Mota, José Vantolrá, Gustavo Peña y Gabriel Núñez; Antonio Munguía y Magdaleno Mercado; Isidoro Díaz, Ernesto Cisneros, Enrique Borja, Gonzalo Fragoso y Aarón Padilla, conservando casi íntegra la formación que utilizaría en México 1970.

Las restantes caídas de los pentacampeones se sintetizan así: 2-0 en la Copa Oro de 1996; 4-3 memorable en la Copa Confederaciones de 1999; 1-0 en la Copa América de 2001; 1-0 en la Copa Oro de 2003, en fase de grupos; y 1-0 en la misma Copa Oro, en la final.

Y las tres últimas: 1-0 en la Copa Confederaciones de 2005; 2-0 en la Copa América de 2007; y finalmente, 2-0 en un amistoso el 3 de junio de 2012, con un Brasil mal manejado por Mano Menezes, sin conexión alguna, y México al mando de José Manuel de la Torre, en una actuación –esta vez atinada- bipolar, como suele ocurrir habitualmente.

Es de esperarse que, el 17 de junio próximo en Fortaleza, como en las compras del super mercado, a los pupilos del “Piojo” Miguel Herrera “les alcance” para vencer a Brasil, y así hagan válida la opinión de “O Rei” en reciente visita a México, al reconocer algo relativamente cierto: “La selección mexicana siempre ha sido una piedrona para nosotros”.