Cuauhtemoc Blanco en el estadio Wrigley Field de los Cubs de ChicagoCuauhtemoc Blanco en el estadio Wrigley Field de los Cubs de Chicago

Futbol mexicano

México, 26 May. (Notimex).- Cuauhtémoc Blanco es reconocido como uno de los mejores futbolistas de México, jugador de gran clase y con esas habilidades propias del barrio, pero sobre todo considerado el último gran ídolo de la afición. 

El 17 de enero de 1973 vio por primera vez la luz este jugador en la zona de Tatlilco, Azcapotzalco, aunque muchos lo relacionaban con Tepito, donde fue descubierto al ser parte de la selección del Distrito Federal que conquistó el Torneo Benito Juárez.

Observado por Angel “Coca” González, se desarrolló en las fuerzas básicas de América a partir de 1990, equipo con el que debutó a la edad 19 años, el 2 de diciembre, en un partido ante León.

Fue hasta la temporada 1994-95 en la que se hizo de un lugar en el cuadro titular de las Águilas bajo el mando del holandés Leo Benhakker, quien supo explotar sus grandes cualidades, lo que le valió para su primer llamado a selección nacional, dirigida en ese entonces por Bora Milutinovic, en un partido amistoso ante Uruguay, el 1 de febrero de 1996.

Blanco fue transferido a Necaxa ese año, equipo donde formó una gran mancuerna con Luis Hernández para convertirse en un hombre de todas las confianzas de Manuel Lapuente, quien lo convocó a la Copa Rey Fhad (hoy Copa Confederaciones) y posteriormente a la Copa del Mundo Francia 1998.

En suelo galo fue uno de los jugadores más destacados, dándose a conocer por la acción bautizada como “Cuauhtemiña”, hecha en el triunfo ante Corea del Sur, así como el gol que le marcó a Bélgica y que significó el empate 2-2.

Un año después fue pieza fundamental para que el Tri conquistara la Copa Confederaciones 1999, al vencer 4-3 en la final a Brasil, precisamente con un gol suyo en el Estadio Azteca.

Tras regresar al América y convertirse en un jugador polémico por sus desplantes dentro y fuera de la cancha, Blanco tuvo la oportunidad de jugar con el Valladolid de España, donde mostró destellos, pero no pudo consolidarse debido en gran parte a la grave lesión que sufrió en los ligamentos cruzados de la rodilla derecha.

El trinitario Ansil Elcock fue el responsable de esta lesión que le costó estar fuera de las canchas durante ocho meses. Y aunque perdió velocidad, Blanco se convirtió en un jugador más inteligente para distribuir el balón.

Su regreso al Tri se dio en un juego determinante, la visita a Jamaica, donde era una obligación ganar para mantener esperanzas de calificar a Corea-Japón 2002, y lo hizo como una verdadera figura al marcar los dos goles del triunfo.

En suelo asiático marcó un gol en el triunfo sobre Croacia, convirtiendo así su segundo tanto en una diferente justa mundialista.

Genio y figura con el América, el “Cuauh” protagonizó uno de los momentos mas bochornosos del futbol nacional al provocar una trifulca al final del partido ante Sao Caetano de Brasil, en semifinales de la Copa Libertadores 2004, en la cual existió invasión de cancha y que le costó la suspensión de un año por parte de Conmebol.

El único título que puede presumir en el futbol mexicano se dio en el Torneo Clausura 2005 con el equipo de sus amores, el América, al que le ayudó a obtener su décima estrella.

Enemistado con el argentino Ricardo La Volpe, Blanco no fue considerado a la Copa del Mundo Alemania 2006, quizá cuando vivía su mejor momento como futbolista.

Sus retiros del Tri han sido varios, el primero en 2007 tras la Copa América de ese año, y el segundo en 2008, en un partido de eliminatoria mundialista en Chiapas ante Canadá.

No obstante, regresó para la recta final de esa eliminatoria en la que ayudó otra vez a conseguir el pase a Sudáfrica 2010, donde incluso marcó un gol, el segundo ante Francia para finiquitarse ese histórico triunfo.

Aún activo, el “Cuauh” será objeto de un homenaje por parte del Tri en el partido de despedida de la afición el miércoles ante Israel, quizá ahora sí, la última vez que vista estos colores.